miércoles, 1 de febrero de 2012

El deber de parar


Lo he dicho mil veces y lo volveré a decir otras mil, cuando llegas arriba y crees que es la montaña más alta pronto te desesperas al ver que existe otra que lo es más. Y tu pregunta es:-¿Cuantas montañas más habran más altas que las siguientes?- La respuesta es que siempre las habrá, sólo dejará de haber montañas cuando dejes de luchar por llegar arriba. Esta semana un diente, un pequeño y aparentemente sano diente me ha hecho volver a ir hacia el interior. Me ha hecho ver una vez más que aún quedan asuntos que arreglar, unos viejos y otros nuevos. Pero no sólo el diente me ha hecho hacer ver esto, sino el camino recorrido hasta ahora. El tener herramientas para ir para dentro como son el chi-kung y/o la meditación hacen que te centres, que enraices y te hace ver las situaciones de otra manera y por ello, los recursos que se presentan para afrontarlas son mejores, más efectivos.
Tenemos el deber de parar, aunque sea 10 minutos al día. 10 minutos para nosotros mismos, para sentirnos, para saber como vamos, a donde queremos ir, como estamos, que tenemos y que no tenemos. Si son más mejor, pero necesitamos ese tiempo sagrado para uno mismo. Es fácil correr hoy en día. El facil perder el centro. Tenemos demasiados estimulos, demasidas cosas fáciles y excitantes para poder equilibrar este ritmo de vida frenético y superficial. Pero vuelvo a repetir, tenemos el deber de parar, si es que queremmos enterarnos de lo que pasa, si es que queremos saber lo que hacer, ser felices, ser libres.
10 minutos al día, no os pidais más, pero empezad ha hacerlo.
Escoged un lugar tranquilo, donde nadie os moleste. Haced un ritual, esto os ayudará, como sentaros todos los días en el mismo sitio, a la misma hora, enceded una vela y poner música tranquila. Sentaos con la espalda recta. Cruzad las manos en el Hara o Dan Tien (3 dedos debajo del ombligo ) y sentir vuestra respiración. Sentir como se hincha vuestro abdomen, como entra el aire fresco por vuestros orificios nasales y como sale por la boca o por los mismos orificios. Cuando os noteis más tranquilos/as repasad vuestro día. Identificar las situaciones que nos os han gustado o en las que no os ha gustado como habeis actuado ( incluso en la más "tonta") y visulizarla en el modo que os hubiese gustado que hubieseis actuado. Empezad con este simple ejercicio y vereis como todo va mejor.
Pero recordar teneis el deber de parar.

Un abrazo

Egoitz

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